Reproduïm el resum d'article publicat per Mateu Seguí Díaz a la Miscelánea clínica de maig de 2020 de la Revista AMF. I ens inspirem per a realitzar un cartell que penjarem al costat de les màquines de vending dels centres sanitaris, i amb aquesta acció reivindiquem el compliment del capítul dos del Decret 84/2018, de 15 de juny del Consell de foment d'una alimentació saludable i sostenible en centres de la Generalitat [2018/6099]
¿PUEDEN RECOMENDARSE LAS BEBIDAS AZUCARADAS?
Pregunta
¿La ingesta de bebidas azucaradas (BA), sean refrescos o zumos, puede influir en la mortalidad?
Respuesta
El incremento en la ingesta de BA (refrescos o zumos) aumenta la mortalidad.
Resumen del artículo
Collin LJ, Judd S, Safford M, Vaccarino V, Welsh JA. Association of Sugary Beverage Consumption With Mortality Risk in US Adults: A Secondary Analysis of Data From the REGARDS Study. JAMA Netw Open. 2019 May 3;2(5):e193121. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2019.3121.
Objetivo. Determinar si un gran consumo de BA, solas o en combinación, está asociado con mayor riesgo de MCC.
Método. Se trata de un análisis secundario de la cohorte poblacional Reasons for Geographic and Racial Differences in Stroke (REGARDS) realizada en Estados Unidos sobre individuos mayores de 45 años. Una cohorte compuesta por 30.183 ciudadanos de raza negra del sureste de este país, captados entre febrero del 2003 y octubre de 2007 y seguidos hasta 2013 para determinar los factores relacionados con la mortalidad por ACV. Se excluyeron los pacientes con DM o ACV previo y también aquellos sin datos alimentarios suficientes, siendo el análisis final sobre 13.440 individuos. Se detectó una tasa de abandono del 24,7% (7.381 individuos). Se estudió la relación entre consumo de BA y el riesgo de MCC y de enfermedad coronaria (ECC).
La determinación de la exposición a estos alimentos se hizo mediante cuestionarios alimentarios validados sobre la frecuencia de 100 ítems alimentarios, tomando como referencia los límites recomendados de azúcar añadido según el total de energía (TE). Así se plantearon categorías de consumo: 1: inferior al 5% de TE; 2: entre 5-10% de TE; 3: ≥ 10% de TE; valorándose también los incrementos en 12 onzas de azúcar (1 onza igual a 27,8 g).
Se evaluó la MCC y la muerte por ECC, según un ajuste multivariante mediante modelos de regresión.
Resultados. De los 13.440 individuos finalmente incluidos (media de edad de 63,6 años), un 59,3% eran hombres, y un 70,8% presentaban obesidad o sobrepeso.
En los 6 años de seguimiento medio se detectaron 1.000 casos de MCC, y 168 fallecimientos por ECC. El alto consumo (≥ 10% de TE) frente al bajo consumo (< 5% del TE) mostró un HR ajustado de mortalidad por ECC de 1,44 (IC 95% 0,97-2,15) y de MCC de 1,14 (IC 95% 0,97-1,33). Según el peso en azúcares, el HR ajustado de MCC fue de 1,11 (IC 95% 1,03-1,19) por cada 12 onzas adicionales en forma de refrescos y de 1,24 (IC 95% 1,09-1,42) en zumo de frutas.
Conclusión. El mayor consumo de BA, sean refrescos o zumos, se asocia con un incremento de la MCC. De tal modo que por cada 12 onzas de zumo de frutas consumido existiría un incremento de un 24% del riesgo de MCC.Según este estudio, los zumos de frutas no suponen una diferencia con los refrescos en el riesgo en cuanto a la MCC.
Comentario
Seidelmann et al1 en un análisis de la cohorte americana Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC) sobre 15.428 adultos durante 25 años mostró una asociación en forma de «U» entre el porcentaje de energía consumida en forma de hidratos de carbono (HC) y la MCC. Dietas que contenían un 50-55% de energía en forma de HC se asociaron con un menor riesgo de mortalidad.
El consumo per cápita diario en los países occidentales de las BA ha aumentado de tal modo que se está convirtiendo en un problema de salud pública, dado que en ciertos países como Estados Unidos, México, etc., es la primera fuente de HC refinados en la dieta. En este aspecto, la encuesta poblacional americana National Health and Nutrition Examination (NHANES)2 ya sugirió que existía un incremento de la MCV entre los ciudadanos de Estados Unidos que más azúcar incorporaban a su dieta. Y es que un metanálisis de Malik et al3 mostró que el cuartil de más alta ingesta de BA frente al de menor ingesta generó un exceso de riesgo del 20% de síndrome metabólico (SM) y un 26% mayor riesgo de desarrollar DM2. Y es que el consumo de BA es causa de sobrepeso, obesidad, SM y DM2 no solo en adultos, sino también en niños.
Con respecto a este estudio, hay que decir que no hay excesivos estudios con diseño prospectivo que analicen esta cuestión, y que sus resultados son interesantes al demostrar que la ingesta de zumos y refrescos aumenta la mortalidad; con todo, al parecer le faltó potencia, por los escasos fallecimientos que se produjeron debido a la duración del estudio, en cuanto a las conclusiones sobre la mortalidad por ECC. Por el hecho de ser encuestas autoadministradas también es posible que generara sesgos de información sobre el consumo de BA.
Bibliografía
¿PUEDEN RECOMENDARSE LAS BEBIDAS AZUCARADAS?
Pregunta
¿La ingesta de bebidas azucaradas (BA), sean refrescos o zumos, puede influir en la mortalidad?
Respuesta
El incremento en la ingesta de BA (refrescos o zumos) aumenta la mortalidad.
Resumen del artículo
Collin LJ, Judd S, Safford M, Vaccarino V, Welsh JA. Association of Sugary Beverage Consumption With Mortality Risk in US Adults: A Secondary Analysis of Data From the REGARDS Study. JAMA Netw Open. 2019 May 3;2(5):e193121. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2019.3121.
Objetivo. Determinar si un gran consumo de BA, solas o en combinación, está asociado con mayor riesgo de MCC.
Método. Se trata de un análisis secundario de la cohorte poblacional Reasons for Geographic and Racial Differences in Stroke (REGARDS) realizada en Estados Unidos sobre individuos mayores de 45 años. Una cohorte compuesta por 30.183 ciudadanos de raza negra del sureste de este país, captados entre febrero del 2003 y octubre de 2007 y seguidos hasta 2013 para determinar los factores relacionados con la mortalidad por ACV. Se excluyeron los pacientes con DM o ACV previo y también aquellos sin datos alimentarios suficientes, siendo el análisis final sobre 13.440 individuos. Se detectó una tasa de abandono del 24,7% (7.381 individuos). Se estudió la relación entre consumo de BA y el riesgo de MCC y de enfermedad coronaria (ECC).
La determinación de la exposición a estos alimentos se hizo mediante cuestionarios alimentarios validados sobre la frecuencia de 100 ítems alimentarios, tomando como referencia los límites recomendados de azúcar añadido según el total de energía (TE). Así se plantearon categorías de consumo: 1: inferior al 5% de TE; 2: entre 5-10% de TE; 3: ≥ 10% de TE; valorándose también los incrementos en 12 onzas de azúcar (1 onza igual a 27,8 g).
Se evaluó la MCC y la muerte por ECC, según un ajuste multivariante mediante modelos de regresión.
Resultados. De los 13.440 individuos finalmente incluidos (media de edad de 63,6 años), un 59,3% eran hombres, y un 70,8% presentaban obesidad o sobrepeso.
En los 6 años de seguimiento medio se detectaron 1.000 casos de MCC, y 168 fallecimientos por ECC. El alto consumo (≥ 10% de TE) frente al bajo consumo (< 5% del TE) mostró un HR ajustado de mortalidad por ECC de 1,44 (IC 95% 0,97-2,15) y de MCC de 1,14 (IC 95% 0,97-1,33). Según el peso en azúcares, el HR ajustado de MCC fue de 1,11 (IC 95% 1,03-1,19) por cada 12 onzas adicionales en forma de refrescos y de 1,24 (IC 95% 1,09-1,42) en zumo de frutas.
Conclusión. El mayor consumo de BA, sean refrescos o zumos, se asocia con un incremento de la MCC. De tal modo que por cada 12 onzas de zumo de frutas consumido existiría un incremento de un 24% del riesgo de MCC.Según este estudio, los zumos de frutas no suponen una diferencia con los refrescos en el riesgo en cuanto a la MCC.
Comentario
Seidelmann et al1 en un análisis de la cohorte americana Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC) sobre 15.428 adultos durante 25 años mostró una asociación en forma de «U» entre el porcentaje de energía consumida en forma de hidratos de carbono (HC) y la MCC. Dietas que contenían un 50-55% de energía en forma de HC se asociaron con un menor riesgo de mortalidad.
El consumo per cápita diario en los países occidentales de las BA ha aumentado de tal modo que se está convirtiendo en un problema de salud pública, dado que en ciertos países como Estados Unidos, México, etc., es la primera fuente de HC refinados en la dieta. En este aspecto, la encuesta poblacional americana National Health and Nutrition Examination (NHANES)2 ya sugirió que existía un incremento de la MCV entre los ciudadanos de Estados Unidos que más azúcar incorporaban a su dieta. Y es que un metanálisis de Malik et al3 mostró que el cuartil de más alta ingesta de BA frente al de menor ingesta generó un exceso de riesgo del 20% de síndrome metabólico (SM) y un 26% mayor riesgo de desarrollar DM2. Y es que el consumo de BA es causa de sobrepeso, obesidad, SM y DM2 no solo en adultos, sino también en niños.
Con respecto a este estudio, hay que decir que no hay excesivos estudios con diseño prospectivo que analicen esta cuestión, y que sus resultados son interesantes al demostrar que la ingesta de zumos y refrescos aumenta la mortalidad; con todo, al parecer le faltó potencia, por los escasos fallecimientos que se produjeron debido a la duración del estudio, en cuanto a las conclusiones sobre la mortalidad por ECC. Por el hecho de ser encuestas autoadministradas también es posible que generara sesgos de información sobre el consumo de BA.
Bibliografía
- Seidelmann SB, Claggett B, Cheng S, Henglin M, Shah A, Steffen LM, et al. Dietary carbohydrate intake and mortality: a prospective cohort study and meta-analysis. Lancet Public Health. 2018 Sep;3(9):e419-e428. doi: 10.1016/S2468-2667(18)30135-X. Epub 2018 Aug 17.
- Mazidi M, Katsiki N, Mikhailidis DP, Sattar N, Banach M. Lower carbohydrate diets and all-cause and cause-specific mortality: a population-based cohort study and pooling of prospective studies. Eur Heart J. 2019 Sep 7;40(34):2870-9. doi: 10.1093/eurheartj/ehz174.
- Malik VS, Popkin BM, Bray GA, Després JP, Willett WC, Hu FB. Sugar-sweetened beverages and risk of metabolic syndrome and type 2 diabetes: a meta-analysis. Diabetes Care. 2010 Nov;33(11):2477-83. doi: 10.2337/dc10-1079. Epub 2010 Aug 6.

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